Retener el talento: la apuesta de las empresas que empieza por los beneficios

Atraer talento ya no es el único desafío que enfrentan las organizaciones. 

Hoy, muchas empresas que invierten tiempo, recursos y esfuerzo en incorporar nuevos colaboradores se enfrentan a un problema creciente: la renuncia temprana, muchas veces antes de cumplir el primer año. Esta alta rotación representa un costo elevado no solo en contratación y capacitación, sino también en la estabilidad de los procesos, la cohesión de los equipos y la consolidación de la cultura organizacional.

Según Buk, software integral de gestión de personas, la rotación promedio en las compañías colombianas alcanza el 26 % y, en el caso de las unidades productivas más pequeñas, puede llegar hasta el 32 %. Esta cifra enciende una alerta sobre un tema de fondo: el bienestar de los colaboradores no está siendo gestionado de forma efectiva.

Uno de los detonantes más frecuentes de estas salidas tempranas es la desconexión emocional. Cuando las personas no encuentran sentido en lo que hacen, no perciben oportunidades reales de crecimiento o enfrentan entornos laborales desgastantes, su nivel de compromiso disminuye. A esto se suman factores como la falta de reconocimiento, la rigidez de los horarios y la poca atención al bienestar mental.

El informe Work in Progress 2025, de Buk, revela que las personas con altos niveles de estrés tienen entre cuatro y cinco veces más probabilidades de renunciar. A esto se suma una percepción crítica frente a la compensación económica: solo el 57 % de los trabajadores colombianos está satisfecho con su salario, porcentaje que desciende al 52 % en el caso de las mujeres. Sin embargo, no todo se reduce al dinero. Cada vez más, los colaboradores valoran otros aspectos como los espacios de formación, el liderazgo empático, la salud mental, la flexibilidad y la posibilidad de equilibrar su vida personal y laboral.

En este contexto, el concepto de salario emocional cobra protagonismo. Este no se limita a beneficios puntuales, sino que abarca todos aquellos elementos intangibles que fortalecen el vínculo entre la persona y la organización. Desde el primer día, el salario emocional influye en la percepción que el colaborador construye sobre su experiencia laboral y en su decisión de permanecer en la empresa.

Entre los beneficios más valorados están aquellos que se ajustan a las distintas etapas de vida del colaborador, como los apoyos educativos, los días libres, los ajustes salariales, los programas de reconocimiento y los sistemas de retroalimentación continua. La clave está en diseñarlos a partir de las necesidades reales del equipo, y en gestionarlos con herramientas que permitan hacer seguimiento, evaluar su impacto y mejorarlos constantemente.

Como plataforma de gestión de personas, Buk recomienda implementar estrategias como:

• ● La automatización de procesos clave del área de talento humano.
• ● Un onboarding estructurado que garantice una experiencia positiva desde el primer día.
• ● Una cultura de reconocimiento constante.
• ● La medición del clima laboral mediante herramientas ágiles de retroalimentación.
• ● El fomento del desarrollo profesional a través de rutas claras de crecimiento.

Retener el talento ya no depende únicamente de ofrecer un salario competitivo. También se trata de la experiencia integral que se le brinda al colaborador desde su llegada. Hoy, el salario emocional no es simplemente un beneficio adicional: es una decisión estratégica que se diseña, se mide y se construye día a día para crear lugares de trabajo más felices y sostenibles.

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