Viajar con enfermedades de alto costo: el derecho a desplazarse con seguridad

Viajar con enfermedades de alto costo: el derecho a desplazarse con seguridad

  • Viajar con una enfermedad de alto costo o preexistente requiere más que
  • elegir destino y equipaje.
  • En Colombia, las quejas por barreras de acceso a tratamientos para enfermedades de alto costo crecieron 46 % en 2024, según la Superintendencia de Salud.
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Las enfermedades de alto costo y también aquellas condiciones médicas que ya existían antes del viaje, significan para muchos un reto de salud, logística y tranquilidad. En Colombia, según Cuenta de Alto Costo (CAC), al 1 de enero de 2023 se notificaron 458.589 casos prevalentes de algún tipo de cáncer invasivo, de los cuales 91.907 corresponden a cáncer de mama en mujeres. Para agosto de 2024 se reportaron 2.186.861 casos de diabetes en Colombia, y al 31 de diciembre de 2024, 1.014.594 de personas se diagnosticaron con enfermedad renal crónica.

Estas patologías —cánceres, enfermedad renal crónica, hipertensión, diabetes, entre otras, requieren atención continua, medicamentos, controles, lo que configura una realidad de alto costo para quienes las viven.

En el sistema de salud también se ha señalado el incremento de barreras de acceso para estos pacientes: las reclamaciones por barreras de acceso en atención para personas con enfermedades raras, crónicas o de alto costo subieron alrededor de un 46 % entre enero y octubre de 2024, de acuerdo con la Superintendencia de Salud.

Viajar con una condición médica: ¿por qué puede sentirse complicado?
Cuando se convive con una enfermedad de alto costo o una condición preexistente, planear un viaje implica más que elegir destino y maleta. Algunas de las preguntas habituales pueden ser:
  • ¿Mi tratamiento habitual podrá continuar en destino, o se interrumpirá?
  • Si tengo una urgencia médica relacionada con mi condición, ¿me van a atender?
  • ¿El seguro de viaje que contraté cubre los padecimientos que ya tenía antes de partir?
  • ¿Y si la enfermedad progresa o se complica durante el viaje?
En este sentido, la definición de “preexistencia” es clave. Para Universal Assistance, una compañía de asistencia para el viajero, se trata de cualquier enfermedad, diagnosticada o con signos clínicos previos a la fecha de inicio del viaje. Para ser clasificada como tal, debe contar con un tiempo de evolución suficiente que permita establecer su existencia antes del desplazamiento. Ejemplos incluyen: nódulo mamario con estudios previos, insuficiencia cardíaca, cálculos renales, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular.
 
Ese tipo de condiciones están cubiertas “hasta el límite máximo de la póliza, independientemente de si el paciente presenta síntomas al momento del viaje”. Este tipo de formulación aporta claridad y confianza para quien vive con una condición establecida.

Debate en EE. UU. sobre restricciones a viajeros enfermos prende las alarmas
El debate internacional sobre las restricciones para viajeros con condiciones médicas vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de contar con información clara y coberturas adecuadas. Los medios reportan que autoridades migratorias de EE. UU. estarían evaluando criterios más estrictos para otorgar visas a personas con enfermedades como obesidad, diabetes o incluso cáncer, una discusión que ha generado preocupación entre pacientes y organizaciones de salud. Aunque aún no existe una regulación oficial, el solo hecho de que este tipo de medidas se consideren evidencia que, para quienes viven con comorbilidades, viajar puede verse amenazado no solo por su condición clínica, sino también por barreras administrativas y de acceso.

En este contexto, garantizar que una persona pueda desplazarse con respaldo médico adecuado, sin miedo a interrupciones en su tratamiento, exclusiones en su seguro o trabas en los servicios de salud en destino, se vuelve fundamental. Más aún, cuando millones de colombianos conviven con enfermedades que requieren atención continua, desde cáncer y diabetes hasta hipertensión o enfermedad renal crónica. La posibilidad de viajar con seguridad no puede quedar al vaivén de cambios en políticas migratorias externas o interpretaciones sobre “riesgos” asociados a la salud de cada individuo, sino que debe estar acompañada de información, derechos claros y coberturas que no excluyan estas condiciones.

¿Por qué la cobertura especializada marca la diferencia?
El hecho de contar con una cobertura estándar puede no ser suficiente si tienes una condición médica preexistente o de alto costo. La clave radica en que la asistencia contemple explícitamente dichas condiciones, y que puedas acceder a atención médica de calidad en destino sin que el hecho de que haya una enfermedad conocida sea un obstáculo.
Según Luz Doris Bustamante, Country Manager Colombia de Universal Assistance: “Viajar con tranquilidad implica tener un respaldo real: que tu condición médica esté contemplada, que la atención esté disponible, y que no debas decidir entre tu salud y tu deseo de conocer el mundo”, concluye.
A la hora de escoger un servicio de asistencia al viajero es importante tener en cuenta que este incluya cobertura para las preexistencias independientemente de que haya síntomas, o no, al momento del viaje. Esta precisión marca la diferencia frente a coberturas que pueden excluir expresamente estos casos.

Un mensaje de esperanza para quienes viven con comorbilidades
Vivir con alguna condición médica de alto costo puede limitar el desplazamiento de las personas. No solamente para un viaje ocasional o de turismo vacacional, sino que estas enfermedades pueden afectar el derecho a moverse por ocio, salud, familia, trabajo, entre otros, aún cuando hay una condición médica vigente. Que alguien viva con cáncer de mama, enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, hipertensión o diabetes no debería ser sinónimo de renunciar a viajar. Es ahí, donde la cobertura especializada se vuelve un estímulo para planear, reservar, decidir.

Con esto, el mensaje es claro: la salud no debe ser un limitante a la hora de movilizarnos, siempre que se viaje informado y con el respaldo adecuado para cada situación.

Tres pasos clave para viajar con tranquilidad
Si tú o alguien cercano vive con una enfermedad de alto costo o una condición médica preexistente, antes de suspender un viaje por miedo haz lo siguiente:
  • 1. Consulta con tu equipo médico qué implicaciones tiene tu condición para viajar, qué cuidados debes tener en destino y qué medidas tomar.
  • 2. Infórmate sobre seguros o asistencias al viajero que contemplen explícitamente condiciones preexistentes o enfermedades de alto costo, como lo hace Universal Assistance. Asegúrate de entender qué se considera “preexistencia”, qué cubre la póliza, cuáles son los límites de cobertura, cuál es el proceso de atención en destino.
  • 3. Siempre viaja con tus medicamentos u otros implementos que usas en tu rutina diaria. Viajar no significa que debas interrumpir tu rutina de cuidados.
Porque viajar no es solo para quienes “no tienen nada”: también es para quienes, aun con un diagnóstico, desean moverse, explorar, vivir. Con respaldo, con tranquilidad, con motivación.

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